Ahora puedes ampliar tu formación educativa sin salir de casa

Atrás quedan las aulas cargadas de alumnos, los profesores con micrófono para que su lección llegue a todas las esquinas de la clase, las horas muertas cuando falta un profesor, las largas jornadas que acaban cerrando la biblioteca y los trayectos hacia la universidad, así como las mudanzas de aquellos alumnos que debían abandonar sus hogares para completar su formación académica. Es verdad que todo eso continúa vigente para todos aquellos alumnos que elijan este método de enseñanza, pero cada vez más personas optan por el plan de estudios online que ofrecen muchas academias y universidades, como por ejemplo la Escola Universitària Formatic Barcelona, que cuenta con un campus físico en pleno centro de la ciudad condal y, además, ofrece numerosos títulos con formación en línea.

Este modelo ya existía antes del fatídico 2020, pero ese año y el desarrollo de la pandemia de coronavirus intensificó aún más el desarrollo de ese tipo de la tecnología, y por ende, de la enseñanza, al ser la única opción a la que pudieron atenerse los profesores y los alumnos durante aquellos largos meses de confinamiento, que justamente nos pillaron en pleno año escolar. Por ello, las escuelas tuvieron que innovar, acelerando la creación de aulas virtuales, familiarizándose con las nuevas herramientas de enseñanza en línea, educando a los más jóvenes en la educación a través de una pantalla y organizando toda una red de apoyo entre profesores, alumnos y madres y padres de los estudiantes.

El tipo de formación no presencial ha recibido el nombre de e-learning, que viene a significar que es un tipo de aprendizaje realizado a través de medio digitales, es decir, todos aquellos conectados a Internet. La formación, como decíamos, suele llevarse a cabo a través de plataformas educativas que ofrecen además otros servicios: no solo ponen a disposición de los alumnos temarios que abarcan un conjunto de conocimientos, sino que además acompañan esa formación de un servicio de consejos y asesoramiento, gracias a la posibilidad de comunicación directa con formadores y tutores.

Y es que la formación educativa en línea tiene una serie de ventajas, entre las que podemos encontrar:

  • En el caso de la enseñanza universitaria, los alumnos de otras ciudades y comunidades autónomas no tienen por qué abandonar sus hogares e instalarse en pisos compartidos con otros estudiantes o en residencias universitarias. Con ello, las familias se ahorran una buena cantidad de dinero y los jóvenes pueden decidir cuándo es el mejor momento para ellos de abandonar sus casas.
  • El hecho de no tener que ir a un sitio determinado a una hora determinada aporta flexibilidad a la enseñanza, ya que puedes conectarte digitalmente en el lugar que quieras y en el momento que más te convenga, de manera que se consigue una formación prácticamente personalizada. Este caso es especialmente positivo para aquellas personas que se encuentran trabajando en el momento de recibir la formación o los que tienen hijos, ya que pueden adaptar la formación a sus ratos libres.
  • De acuerdo con el anterior punto, otra ventaja es que este tipo de formación permite seguir un ritmo de aprendizaje propia, y se rompen también las barreras impuestas a personas con una edad determinada, que tienen que estar trabajando para subsistir y para aquellas que tienen familia a su cargo.

¿Qué salidas laborales tiene la formación a distancia?

Podría parecer que este tipo de formación tiene las mismas salidas laborales que la formación presencial, ya que el contenido es el mismo en ambos tipos de enseñanza. Pero no es del todo así, ya que el alumno que acude a las clases presenciales se ve ‘atado’ a la formación el tiempo que dure ese aprendizaje, mientras que aquellos que acuden a las clases en línea pueden acceder al mundo laboral cuando consideren, ya sea para trabajar en el ámbito del cual están aprendiendo o de cualquier otro ámbito laboral.

Y es que existen varios tipos de contrato de los que se pueden aprovechar los estudiantes. Porque es verdad que si no han acabado la formación no pueden tener las mismas condiciones de trabajo que aquellos que sí tienen la titulación, pero no por ello tienen que quedar excluidos del mundo laboral. Por ejemplo, muchas empresas contratan a los estudiantes mediante un contrato de prácticas, que se realiza mediante un convenio con la universidad. También es posible firmar un contrato de formación, por el que el estudiante puede estar contratando en calidad de ayudante durante un máximo de dos años y cobrando un porcentaje inferior al resto de trabajadores, según el convenio de la propia empresa.

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