Esta es una de las preguntas que se formulan los consumidores. Probablemente sea cierto. Con la subida de la inflación, prácticamente todos los productos de origen industrial han subido su precio, aunque sean de segunda mano. A eso hay que añadir que la demanda de coches de ocasión ha crecido, lo que aumenta su precio final. De todos modos, antes de adquirir un vehículo usado debemos valorar su calidad y si cubre nuestras necesidades. Esto también influye en la cantidad de dinero que nos exigen para adquirirlo.
Mi amigo Raúl, que siempre ha tenido coches de segunda mano, me dice que los que se venden en la actualidad tienen más garantías y están en mejor estado que hace 15 o 20 años atrás. Unas veces por limitaciones económicas y otras veces por la tentación de no dejar pasar un chollo, lo cierto es que Raúl terminaba adquiriendo vehículos usados. La costumbre, en otros tiempos, era comprar estos coches a un particular que quería desprenderse de él, puesto ya había llegado el momento de cambiar de vehículo.
Te dejaba un buen precio que no podías desaprovechar; sin embargo, en ocasiones tenías que invertir más dinero en el mecánico del que habías gastado en la compra del coche. Hasta cierto punto es comprensible. En España aprovechamos los vehículos por encima del tiempo aconsejable de uso. Nos desprendemos de él cuando pensamos que no le podemos sacar más partido. Como consecuencia, la maquinaria está gastada y no trabaja en condiciones.
En los últimos años, se ha puesto de moda adquirir los vehículos de segunda mano en un concesionario o en un taller. Los propios concesionarios ofrecen un descuento a su cliente por la entrega del vehículo antiguo. Los talleres revisan el automóvil y hacen la puesta a punto. Si ven que el coche está muy estropeado, lo reservan para aprovechar las piezas útiles como recambios y se deshacen de él. Por tanto, un coche de segunda mano comprado en un taller o en un concesionario es más caro que comprárselo directamente al propietario, pero ofrece cierta seguridad de que va a funcionar.
Esto nos aporta una mayor tranquilidad a los consumidores. El último coche que compró Raúl lo adquirió en E. E. Motor, un taller de Soria que vende vehículos de segunda mano. Raúl sabe que cualquier problema que encuentre en el coche se lo repararán en el taller donde lo compró, ya que entra dentro de la garantía.
La O.C.U. recomienda comprar coches de segunda mano en un taller aunque nos salga más caro.
En su página web, la O.C.U., Organización de Consumidores y Usuarios, recomienda adquirir los vehículos de segunda mano y de ocasión en talleres y concesionarios, principalmente por la garantía.
Por ley, los coches comprados antes del 1 de enero del 2022 tienen dos años de garantía. Los adquiridos con posterioridad, tendrán una garantía de 3 años. Un periodo superior al que se ofrece en los vehículos de kilómetro 0, donde la garantía de 2 años empieza a correr desde el momento de su matriculación, no de su venta.
La ley deja abierta la puerta a negociar un periodo de garantía menor, a cambio de una rebaja en el precio o de una reducción de los servicios posventa. Aun así, esta garantía nunca será inferior a un año. Garantía mínima que se establece para todos los bienes de uso.
En el caso de que el vehículo adquirido presente problemas que no se habían comunicado en el momento de su venta, y la causa de estos problemas no sea imputable al uso que le ha dado su propietario actual, el comprador tiene un plazo de 3 años para presentar una reclamación, si el vehículo se ha adquirido antes del 1 de enero del 2022, y 5 años si se ha comprado con posteridad. Siempre presentando la factura de compra.
Este es un beneficio considerable, si lo comparamos con la compra de vehículos directamente a particulares. En la compra-venta entre particulares no existe garantía. El comprador tiene un plazo de 6 meses desde su adquisición para reclamar al vendedor. Esta reclamación se realiza por vía judicial o por medio de organismos públicos de arbitraje, con el consiguiente gasto adicional. Además, el comprador debe demostrar la existencia de esas taras, presentando un informe elaborado por un mecánico. Un gasto que corre de su cuenta.
Al cursar la reclamación, el vendedor particular tiene dos opciones. O sufragar las reparaciones que se le tengan que hacer al coche o devolverle el dinero al comprador y recoger el vehículo. Es frecuente que el vendedor no esté de acuerdo con la reclamación. Que se la impute al comprador o que alegue que este ya estaba informado en el momento de la compra. Esto hace que las reclamaciones entre particulares sean complejas y dilatadas en el tiempo.
Los coches de segunda mano son siempre más baratos que uno nuevo.
El diario económico El Economista señala que la diferencia entre un coche nuevo y otro de segunda mano en perfectas condiciones, o seminuevo, ronda los 3.000 €. Mientras el precio medio de un coche nuevo en nuestro país es de 20.500 €, el de los vehículos de segunda mano se sitúa en 17.561.
En un solo año, la diferencia entre ambos precios se ha reducido en 743 €. También el stock de vehículos de ocasión ha bajado en un 12% para los coches diesel y en un 8% para los de gasolina con etiqueta “Eco”. Este es un fenómeno que se está produciendo en toda Europa, debido a que la producción de vehículos nuevos se redujo en el 2022 a consecuencia de la crisis de los microchips y al encarecimiento de la energía.
En España, donde el mercado de coches de segunda mano está más asentado, el aumento de precios se ha dejado notar más. Es la ley de la oferta y la demanda. La carestía de los precios ha hecho que muchos consumidores hayan optado por comprar un vehículo de segunda mano, que a priori es más accesible. El stock disponible de estos vehículos sigue siendo el mismo, por tanto, para adquirirlo hay que pagar más, ya que se aprecia una mayor escasez. A esto hay que añadir la dificultad para encontrar un vehículo nuevo según las expectativas del comprador, debido a la reducción en la producción, lo que ha desplazado a compradores de automóviles nuevos al mercado de segunda mano.
Según los economistas, este es un fenómeno normal. Se habla de caminar hacia las condiciones del mercado norteamericano, donde existe una paridad de precios entre los coches nuevos y los usados. Lo que nadie dice es que la venta de coches nuevos en muchos estados de Estados Unidos está subvencionada, para proteger uno de los sectores claves de su tejido industrial, la industria de la automoción.
Aunque se invierta mano de obra en revisar y reparar un coche usado, siempre será más barato que uno recién salido de fábrica.
Comprar lo que necesitas.
Este es uno de los consejos en los que insisten la gran mayoría de asociaciones de consumidores. El mercado de coches de segunda mano es un nicho goloso. No dejamos de ver ofertas atractivas que parece un crimen dejarlas pasar. El salto del mercado de vehículos de ocasión a internet ha potenciado esta situación. Los vendedores compiten entre sí por el precio. Sin embargo, no es bueno dejarnos seducir por los chollos, así como así.
Antes de comprar un coche de segunda mano debemos pensar en qué vehículo necesitamos y centrar nuestra búsqueda en ese tipo de coche. Piensa que en un sector tan competido como este, los coches más económicos son los que más cuesta vender.
Es conveniente antes de adquirir un vehículo de segunda mano contar con un informe mecánico que acredite la situación del vehículo. En los talleres que venden coches usados no suele haber ningún problema para facilitarla. Si quieres tener más seguridad en la compra, siempre se lo puedes llevar a tu mecánico de confianza para que le haga una revisión adicional, el vendedor no se puede negar. Eso sí, puede que esta revisión te cueste pagarla a ti.
Ten en cuenta que aunque compres el coche en un concesionario, tienes mecanismos para mejorar las condiciones de compra. Para empezar, el contrato de compra-venta lo propones tú. La asociación G.A.M.V.A.M. (Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios) presenta platillas de contrato al servicio de los consumidores. Si durante la revisión aprecias ciertos defectos que necesitan ser solucionados, puedes negociar una reducción del precio.
Otra manera de ahorrar es por medio de la contratación del seguro. Si compras un coche con más de 5 años de antigüedad no te vale la pena contratar un seguro a todo riesgo. Es suficiente con un seguro a terceros al que se le añadan ciertas prestaciones extra.
Es probable que el precio de los coches de segunda mano haya aumentado en los últimos años, pero también lo ha hecho la calidad de los vehículos y las garantías de protección al consumidor.