Los diez caprichos que no pueden faltar en tu vida, y sí, uno de ellos es un cochazo

A veces la felicidad no está en lo que necesitamos, sino en lo que deseamos profundamente. La vida es una lucha de la felicidad y para ser feliz lo podemos conseguir a base de caprichos. No creo que sea malo tener caprichos, es simplemente tener ilusión y luchar por ello.

Yo creo que darse un capricho es un recordatorio de que estamos vivos.  De que trabajamos duro y por lo tanto merecemos disfrutar lo que la vida tiene para ofrecer. Es como la teoría del incentivo en los niños. Yo soy partidario porque creo que es comenzar a conocer la vida. Por ejemplo, si decides dar un premio por sacar notas buenas, pues me parece muy bien. Ese es el capricho que se dará nuestro hijo.

Así que ha llegado el momento de soñar y de ser caprichoso, por eso te voy a contar mis diez caprichos. Esos caprichos que no me quiero ir al otro barrio sin haber cumplido en la vida. Y tranquilo, porque los caprichos como te estoy diciendo no tienen porque ser caros.

El coche de tus sueños

Como te digo, no tiene que ser un deportivo de película (aunque si puedes, ¿por qué no?, y es que en los tiempos que vivimos también podemos apostar por tener un coche eléctrico silencioso, ese clásico restaurado con mimo o simplemente uno que huela a nuevo y tenga ese sistema de seguridad que hace que cada trayecto sea una experiencia. Un coche no es solo transporte, en mi caso, como fanático que soy, puede ser libertad, estilo y una extensión de tu personalidad.

Una joya

Este es un clásico que nunca falla. Una joya puede ser mucho más que un objeto brillante. Puede ser un anillo con un significado especial, un reloj de lujo que marca tus logros o un collar heredado que decides restaurar. La verdad es que para mí es una gozada poder tener un reloj Casio G-Shock, de esos que por menos de 300 euros te harán sentir un tío interesante y que como indican desde Serrano Joyeros se trata de un reloj de diseño deportivo y atrevido con caja plateada.

Un gran viaje sin mirar el reloj

Un viaje de esos que no están marcados por el calendario ni el reloj puede ser otro gran capricho. Tal vez un mes en Asia, una escapada a la Toscana o recorrer Sudamérica en mochila y tren. La verdad es que lo de viajar te cambia, te la vida, es de esos caprichos que dejan huella.

Un día (o varios) de spa en un lugar soñado

Simplemente un fin de semana en un hotel boutique con masajes y silencio puede ser el gran capricho que estés buscando. Y es que eso de cuidar tu cuerpo y mente es un lujo que rejuvenece el alma, y que está al alcance de todos los bolsillos.

Una biblioteca personal

¿Y si inviertes en esos libros que siempre quisiste leer o tener? La verdad es que un capricho que no tiene nada que ver con el lujo económico, es un lujo mental. Una estantería repleta de títulos, géneros y autores que adoras es un refugio que te acompaña siempre. La verdad es que está entre mis deseos a cumplir. Y no tienen que ser caros, porque con ir a cualquier feria de libros antiguos o de ocasión lo puedes conseguir.

Asistir al concierto de tu artista favorito

Aunque esté en otro país. Aunque la entrada sea cara. Aunque ya no haga giras tan seguido. La emoción de cantar a todo pulmón rodeado de fans como tú no tiene precio es todo un capricho que te puedes dar. A mí me gustaría que volvieran los Héroes del Silencio, pero creo que va a ser un capricho que no se me va a cumplir.

Una cena inolvidable en un restaurante estrella

Comer es un placer, pero también es arte y cultura. Nos podemos dar el gusto de probar ese menú degustación de autor, con maridaje perfecto, luces suaves y atención impecable. Será un recuerdo que contarás por años. Yo conozco a muchos amigos que su capricho es el de recorrer restaurantes con Estrella Michelin, aunque luego en su día a día coman comida basura.

Una obra de arte para tu hogar

Puede ser una pieza de un artista local, una escultura que te haga sentir algo o una pintura que ilumine tu sala. Tener arte en casa cambia la energía y eleva tu día a día.

Una escapada

Alquila ese lugar en la montaña, frente al mar o en medio del bosque. Con chimenea, vistas y desayuno en la cama. Que la vida tenga pausas bonitas también es parte del equilibrio.

Un regalo inesperado para alguien que amas

Parece contradictorio, pero regalar también es un capricho para uno mismo.

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