Todo lo que necesitas saber sobre el certificado energético y el RD 56/2016

energético

Cuando empecé a investigar sobre eficiencia energética, reconozco que no tenía ni idea de lo que era ni de para lo que servía. Solo sabía que en casa se me iba la luz más de lo normal y que la factura no paraba de subir y subir, aunque intentaba ahorrar.

Al principio pensaba que eso era lo normal. Pero un día oí hablar de las auditorías energéticas y del certificado energético, y me piqué la curiosidad. Así que me puse a leer, a preguntar y a investigar bien cómo funciona todo esto.

Este artículo no está escrito por un técnico, ni por una empresa que quiere venderte nada. Está escrito por mí, una persona normal que se ha tomado el tiempo de entender bien de qué va esto, y que quiere explicártelo de forma sencilla, por si tú también estás en ese punto de querer ahorrar, optimizar tu casa o tu local, y no sabes por dónde empezar.

 

¿Qué es el RD 56/2016 y por qué es importante?

El Real Decreto 56/2016 es una norma que obliga a ciertas empresas a realizar auditorías energéticas cada cuatro años. En concreto, afecta a las empresas grandes: las que tienen más de 250 empleados o facturan más de 50 millones de euros al año. Pero aunque no trabajes en una empresa de esas, esta ley también tiene implicaciones que llegan a los hogares, a los pequeños negocios y a la forma en la que todos usamos la energía.

¿Y qué tiene que ver esto contigo o conmigo? Pues bastante. Porque aunque este Real Decreto no obliga a todos a hacer una auditoría, sí pone sobre la mesa la importancia de analizar cómo usamos la energía. Y eso nos afecta a todos: a los que tenemos una casa, un local comercial, una pequeña empresa o incluso un piso en alquiler.

 

¿Qué es una auditoría energética?

Elemar Ingenieros es una empresa certificada para llevar a cabo auditorías energéticas en el marco del RD 56/2016, y nos explican que una auditoría energética es, básicamente, un análisis a fondo de cómo usas la energía en tu vivienda o en tu negocio. Se estudia cuánto consumes, en qué momentos, en qué dispositivos o sistemas, y cómo podrías reducir ese consumo sin perder comodidad ni rendimiento. Es como cuando haces cuentas para ver en qué se te va el dinero al mes, pero con la electricidad, el gas, el agua caliente, la climatización…

En el caso de las empresas grandes, es obligatoria. Pero en el caso de las viviendas o locales más pequeños, es algo voluntario… aunque muy recomendable si notas que pagas demasiado o quieres hacer las cosas mejor. Hay empresas certificadas que se dedican a hacer estas auditorías, y ya te contaré más abajo cómo elegir una.

 

¿Qué es el certificado energético?

Otra cosa que va de la mano con esto es el certificado de eficiencia energética. Este sí que te suena, seguro. Es ese papel que se necesita cuando vendes o alquilas una vivienda. Tiene letras de la A a la G, como los electrodomésticos, y mide lo eficiente que es tu casa en cuanto a consumo energético.

No es solo un trámite. Aunque muchas veces se hace solo por cumplir, la verdad es que este certificado te da una idea bastante clara de cómo está tu casa en términos de energía. Y no solo eso: también incluye recomendaciones para mejorar. El problema es que casi nadie las lee.

Yo misma tenía el certificado de mi casa, y ahí ponía que podía mejorar la eficiencia cambiando las ventanas y revisando la caldera. Lo dejé pasar, pero después de investigar todo esto, me di cuenta de que si hubiera hecho caso, habría ahorrado bastante en la factura de la luz y el gas.

 

¿Cómo se consigue el certificado energético?

Conseguir el certificado energético es bastante sencillo: solo hay que contactar con un técnico certificador, que puede ser arquitecto, ingeniero o aparejador. Esta persona va a visitar tu vivienda, a toma medidas, a analiza los materiales de construcción, los sistemas de climatización, iluminación, ventilación, etc. Y luego, con un programa homologado, generará el certificado y lo registrará en el organismo oficial de tu comunidad autónoma.

El precio varía, pero suele estar entre 60 y 150 euros, dependiendo del tamaño de la vivienda y de la zona. Mi consejo es que compares precios, pero también te fijes en si el técnico es serio y colegiado. Puedes pedir referencias o mirar reseñas, como con cualquier otro servicio.

 

¿Qué información incluye el certificado?

Además de la famosa letra que indica tu nivel de eficiencia (A es el mejor, G el peor), el certificado incluye datos como:

  • Consumo anual de energía en kWh.
  • Emisiones de CO2.
  • Características térmicas del edificio.
  • Sistemas de calefacción, refrigeración y agua caliente.
  • Medidas de mejora recomendadas.

Estas medidas son clave. A veces con cosas simples, como mejorar el aislamiento o cambiar a iluminación LED, se pueden subir varias letras. Y eso se traduce directamente en ahorro.

 

¿Cómo minimizar el consumo energético en casa?

Aquí viene la parte práctica. Porque tener el certificado está bien, pero lo que realmente importa es saber cómo reducir el consumo.

Te cuento algunas cosas que he aprendido:

  1. Aislamiento: Revisar ventanas y puertas es clave. Si tienes ventanas viejas que no cierran bien, por ahí se va el calor en invierno y entra en verano. Cambiarlas por unas con rotura de puente térmico y doble cristal es una inversión, pero se nota muchísimo.
  2. Electrodomésticos eficientes: Mira las etiquetas. Aunque un electrodoméstico A+++ cueste un poco más, a la larga ahorra bastante en consumo.
  3. Termostatos y temporizadores: Programar la calefacción o el aire acondicionado para que se encienda solo cuando hace falta es muy útil. Los termostatos inteligentes ayudan a no pasarte ni quedarte corto.
  4. Cambiar hábitos: Cosas simples como apagar luces, usar programas cortos en la lavadora, desenchufar cargadores, etc., marcan la diferencia. Puede parecer poco, pero todo suma.
  5. Revisar la tarifa eléctrica: No todo es culpa de tu consumo. A veces estás en una tarifa que no te conviene. Hay comparadores online que te ayudan a saber si podrías pagar menos con otra compañía.

 

¿Cómo elegir una empresa para hacer una auditoría energética?

Si te decides a ir más allá del certificado y quieres hacer una auditoría completa, es importante contar con una empresa que esté certificada para ello. Estas empresas analizan al detalle cómo consumes energía y te dan un plan claro de mejoras, con cifras y opciones concretas.

Yo contacté con una que me explicó todo muy bien. Me pidieron facturas de luz y gas de los últimos 12 meses, vinieron a casa, revisaron instalaciones, midieron consumos y luego me enviaron un informe muy completo. Me sorprendió ver cómo había muchas fugas pequeñas que, al final del año, sumaban mucho dinero.

Busca empresas que estén registradas en el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) y que trabajen conforme al RD 56/2016. Eso te asegura que cumplen los requisitos y saben lo que hacen.

 

¿Esto solo sirve para casas?

No, también es muy útil en locales comerciales, oficinas y pequeñas industrias. De hecho, si tienes un negocio, puedes beneficiarte aún más. Muchos locales antiguos consumen una barbaridad por culpa de sistemas de climatización obsoletos, iluminación ineficiente o por un mal diseño del espacio. Una auditoría energética puede ayudarte a detectar eso y a corregirlo.

Además, si haces reformas y mejoras, puedes usarlo como valor añadido para tus clientes: un espacio más eficiente, más cómodo y más responsable. También puede ayudarte a cumplir con ciertos requisitos normativos, acceder a subvenciones o incluso reducir tiempos de amortización en inversiones energéticas. Y lo mejor de todo: puedes conseguir un ahorro considerable sin perder calidad en el servicio que ofreces.

 

¿Qué beneficios tiene todo esto?

Después de todo lo que he leído y vivido, puedo decirte que meterse en este tema tiene muchas ventajas:

  • Ahorro económico: a medio plazo, se nota. Incluso sin hacer reformas, solo cambiando hábitos y contratando bien, ya se ahorra.
  • Confort: vivir o trabajar en un espacio eficiente es más cómodo. No tienes que estar pendiente de si hace frío o calor, o si la factura va a ser una locura.
  • Responsabilidad ambiental: usar menos energía significa emitir menos CO2. Y eso, hoy más que nunca, es importante.
  • Valor de la vivienda: una casa con buena eficiencia energética se vende o alquila mejor. Cada vez hay más gente que mira eso.

 

Si has llegado hasta aquí, es porque te interesa el tema

Y eso ya es un paso. El siguiente, según cómo estés, puede ser pedir tu certificado energético, hacer una pequeña auditoría, cambiar algunas cosas en casa o simplemente revisar tu factura.

No hace falta hacerlo todo de golpe. Lo importante es empezar. Yo lo hice poco a poco, y ahora me alegro mucho. Vivo más tranquila, pago menos, y siento que hago lo que puedo por mejorar el uso que doy a la energía.

Si tú también quieres hacerlo, aquí estoy para ayudarte en lo que necesites. No soy experta, pero si he podido entenderlo yo, puedes hacerlo tú también. Solo hay que tener ganas de mejorar.

Comparte el post

Facebook
Twitter
LinkedIn
Digg